Clase 10/06
Si hablamos de economía y economistas en relación con la educación y con su papel en las políticas educativas hay que tener en cuenta el contexto y ver el proceso en el cual se negocian políticas.
En el caso de la educación hay que poner un énfasis grande en la eficiencia, se trata de minimizar costos para lograr ciertos objetivos de cobertura educativa o de calidad educativa y no de maximizar el efecto social de la educación. Este concepto de eficiencia es un concepto centrado en la eficiencia interna del sistema educativo, no en la eficiencia externa ya que la eficiencia externa, por ende, la eficacia del sistema educativo y de las nuevas políticas, obligaría a explicitar para que clase de economía, sociedad o clase de sistema político esta educación es la mas eficiente.
Una característica que acompaña el contexto es el sectorialismo, quien protege las propuestas de política educativa de cualquier análisis del contexto y como afectan al proceso educativo, aunque también impide darle la centralidad que merece ya que podría ser vista como el principal articulador de otras políticas sociales e incluso de un aspecto importante de las políticas económicas.
Es evidente el peso del Banco Mundial y también es evidente que el mismo Banco apoya políticas distintas en aspectos sustantivos en distintos países. Aunque se apunte la responsabilidad al Banco, existe la co-responsabilidad de los gobiernos, de los agentes educativos, hay una responsabilidad de los estudiosos, ya que si las políticas del Banco se imponen es por el vacío de alternativas.
Las propuestas del Banco no son planteadas como hipótesis, son planteadas como verdades capaces de reorganizar sociedades, países, y gobiernos. La metodología para diseñar políticas educativas, es la de a través de un análisis económico, como si la política educativa pudiera basarse en conclusiones del análisis económico.
Las propuestas de reorganización del sistema educativo, desde el tope hasta las aulas tienen como efecto inyectar en el sistema educativo los valores del mercado. Se introducen toda clase de mecanismos competitivos con el objetivo de mejorar la eficiencia y eficacia del mismo.
En un tiempo se demostrará que la política educativa que ha sido avalada por el Banco es equivocada y el Banco no va a pagar las consecuencias, pero si nosotros. El Banco asimila una escuela con una empresa, un sistema educativo con un sistema productivo y aplica a la escuela los mismos principios que la teoría económica neoclásica aplica hace décadas, como los principios de eficiencia, mercado competitivo, transparente y concurrencial.
Por ende, el criterio general del Banco es la recuperabilidad de los créditos y no del éxito de las políticas educativas y con ese punto de vista es con el que va a evaluar en alguna medida los préstamos que hace. Los errores que el Banco tenga los pagaremos nosotros.
Es por esto que el mismo autor afirma: - Como economista creo que es muy peligroso dejar en manos de los economistas la misma política económica, tanto más la política educativa.-
Se debe abandonar la búsqueda de la verdad educativa y sus "fórmulas", se debe ayudar a que sea posible una apertura democrática de la esfera publica para asumir y proponer acciones educativas estratégicas y en un espacio que debe ser transparente y plural, donde pueda haber aprendizaje, modificación y/o corrección continua.
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